Era un día tranquilo en el océano,
el sol calentaba las aguas…
cuando de repente apareció un barco muy veloz, con el ancla
recogida,
las velas extendidas para ir más rápido,
y el puesto del vigía tan alto como las nubes
¿Y quién navegaba en este barco?
¡El pirata Álvaro! Con parche en el ojo y su afilada
espada.
Dispuesto a vivir mil y una aventuras a lo largo y ancho de mares y océanos, y preparado para descubrir mundos maravillosos. Y siempre con una sonrisa de la que no podréis escapar.
Álvaro, espero que esta bolsa te acompañe en todas tus
aventuras y guardes en ella ricas viandas y valiosos tesoros: