Este verano le pregunté a mi hijo que camisetas le gustaría que le hiciera y una de las que me pidió fue una camiseta de Pacman y el resultado fue este:
El que me pidiera esta camiseta me hizo recordar los videojuegos a los que jugaba de pequeña, y volví a jugar con él al pacman. Que bueno revivir con la misma ilusión de entonces y ver que, pese a los videojuegos que hay ahora, un niño se sigue divirtiendo viendo como Pacman tiene que comerse todos los puntitos blancos, atento de que los fantasmas no se lo coman a él, y así poder pasar al siguiente nivel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario